La historia se repite. Hace dos años, en mayo de 2010, Zapatero, bajo presión
internacional, dio un giro total a su política, metió a España en el desasosiego
y hundió su credibilidad de modo irreversible. El miércoles, 11 de julio de 2012
pasará a la historia como el día en que Mariano Rajoy dio un giro total a su
política, se desdijo de sus promesas electorales y se amparó en las exigencias
internacionales para eludir su responsabilidad. “Los españoles no podemos elegir
si hacemos o no sacrificios. No tenemos esa libertad”, ha dicho el presidente.
Unas frases así un gobernante solo debería pronunciarlas un minuto de antes de
presentar su dimisión. Si no es capaz de hacerse responsable de las políticas
que dicta, un jefe de gobierno no debe continuar. (klik egin-ver más)
Josep Ramoneda, en La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario