El arraigo sociológico del bipartidismo oligárquico de colorados y liberales
es la clave para comprender la facilidad con la que el Congreso ha dado el
golpe. Su objetivo, cerrar un proceso de cambio que había abierto espacios de
democratización y acumulación de fuerzas populares. La destitución «exprés» del
presidente paraguayo, Fernando Lugo, por parte del Congreso el pasado 22 de
junio, mostró de manera descarnada la soberbia y la prepotencia de los que nunca
dejaron de mandar en el país. Después de más de una veintena de amenazas de
juicio político a lo largo de estos cuatro años de mandato, finalmente
terminaron consumando el golpe parlamentario. (klik egin-ver más)
Luismi Ugarte, sociólogo, en GARA
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