Finalmente, ayer día 21 de septiembre de 2012 las máquinas entraron a
la huerta de Agustin Beroiz. Este agricultor lleva mas de 45 años
labrando la tierra a diario en busca de un sustrato fértil. Pero las
máquinas destruyeron el trabajo de casi medio siglo en poco mas de una
mañana.
La propia huerta es efímera, pero no lo que esta (y en
este caso Agustin) ha enseñado a muchas personas. Buen ejemplo de ello
es el "poema del hortelano", escrito por un amigo de Agustín en el que
le muestra todo su cariño
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