La constitución española de 1978 fue el producto de un “acuerdo” entre un preso
(la oposición democrática) y el director de la prisión (franquismo). Las
condiciones del acuerdo venían impuestas y tenían tres puntos innegociables.
Primero, la continuidad de la prisión misma (la unidad de España). Segundo la
continuidad de la dirección (monarquía). Y tercero, la pervivencia del régimen
penitenciario (el capitalismo castizo). Había algunos flecos nada despreciables
como el apoyo y financiación, como religión nacional, de la Iglesia Católica y
la renovación de los acuerdos bilaterales con Estados Unidos (concordato y
bases militares). Estos “acuerdos” estaban finalmente cerrados con el sellado de
la desmemoria histórica y la absoluta impunidad para los crímenes fascistas
(leyes de punto final). (klik egin-ver más)
Francisco Garrido, en P-36 Andalucía
No hay comentarios:
Publicar un comentario