El visitante que descubre Glasgow por primera vez suele sorprenderse con la infinidad de iglesias repartidas por su barrios: unas 250 decoran el espacio urbano de esta ciudad, de las que 139 pertenecen a la Iglesia de Escocia.
Pero a pesar de esta proliferación, la asistencia de fieles ha decaído de forma tan considerable durante las últimas décadas del siglo pasado que la propia iglesia escocesa se ha visto obligada a vender algunos de estos templos, recuperados como nuevos espacios de ocio para la ciudad. Así que, sin ningún tipo de complejos, estas basílicas se han reciclado y convertido en restaurantes, teatros o bares de moda. (klik egin-ver más)
Carmen Domínguez, en El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario