Ha basado su vida en la constancia, en aferrarse a lo que consigue contra viento
y marea. Su máxima parece ser
la que esbozó otro gallego como él, Camilo José Cela: “En este país, el que
resiste, gana”. Hipótesis que no siempre se cumple pero que en Mariano Rajoy ha
funcionado hasta convertirlo en ejemplo paradigmático. Cabe preguntarse si no
encuentra inspiración en las aguas que bañan su tierra natal, si no sigue… la
estrategia del percebe.
Hijo del que fuera presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra, el
joven Mariano estudió Derecho como él y, ya desde
el último año de carrera, preparó oposiciones a registrador de la propiedad. Las
aprobó para convertirse a los 24 años en el titular de ese cargo más joven de
España. Hecho que desempolva ahora la derecha mediática como muestra de sus
virtudes.
En realidad, no es una profesión para pensar y deducir sino para dejar constancia escrita de títulos. Exige perseverancia, no brillantez. En España, los registradores de la propiedad gozan de un estatus insólito y privilegiado que escandaliza a sus colegas europeos. Es el único país en el que cobran directamente al ciudadano que quiere inscribir algo, en lugar de ser funcionarios con un sueldo aceptable que realizan gratis para el contribuyente la misma función. En Europa es un servicio público, aquí privado y con pingües ganancias. (klik egin-ver más)
Rosa María Artal, en Zona Crítica
En realidad, no es una profesión para pensar y deducir sino para dejar constancia escrita de títulos. Exige perseverancia, no brillantez. En España, los registradores de la propiedad gozan de un estatus insólito y privilegiado que escandaliza a sus colegas europeos. Es el único país en el que cobran directamente al ciudadano que quiere inscribir algo, en lugar de ser funcionarios con un sueldo aceptable que realizan gratis para el contribuyente la misma función. En Europa es un servicio público, aquí privado y con pingües ganancias. (klik egin-ver más)
Rosa María Artal, en Zona Crítica