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martes, 12 de febrero de 2013

EL DUELO

García Adanero nos querrá hacer creer lo que quiera, pero en UPN, presidencia del Gobierno Foral y presidencia del partido van en el mismo lote. Ya para este último verano, afiliados de la formación foralista, algunos con cargo público, consideraban a Barcina prácticamente amortizada. Las dietas de CAN, su soledad parlamentaria desde la ruptura con el PSN y una inoperancia demostrada en el momento de afrontar la crisis, sin más recetas que el seguidismo a las políticas de Rajoy, habían acabado por poner de los nervios a los cuadros y las bases del navarrismo, que veían cómo día a día aumentaba el descrédito social del gobierno al que sustentaban. Del verano a aquí, todo eso no ha hecho más que acrecentarse. Una Barcina cada vez más embarrada en el tema de CAN, con un Gobierno cada vez más solo y más paralizado. Dicen las malas lenguas que fue la última encuesta de esas que encarga periódicamente este partido -privilegios del que tiene dinero, pero no os preocupéis, UPN no tiene financiación oculta- la que encendió todas las voces de alarma, con una valoración de Barcina bajo mínimos y unas oscuras perspectivas electorales para la formación que todavía preside. Lo de la vicepresidencia todopoderosa para Catalán no era más que el primer paso hacia la prejubilación y la exalcaldesa se dio cuenta. Ultrajada en lo más íntimo, dará una batalla que se antoja apasionante. A priori aparece como perdedora de un duelo que ya parece que va a ser sucio. De repente, el navarrismo ha descubierto que tenían como presidenta a una forastera. Lo que está por ver es qué trae Catalán en sus alforjas. Visto desde fuera, no se percibe en él mucho más que la nostalgia por los años de vino y rosas del sancismo, ese mismo sistema que, sustentado en la complicidad permanente del PSN, ha acabado por arruinar económica y moralmente esta Comunidad.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias

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