En el país que fue llamado granero del mundo a principios del siglo XX, el mismo que bajo el gobiernoo de Juan Domingo Perón (1946-1954) envió trigo a España para calmar el hambre de la posguerra, ahora se enfrenta a una escasez del gran cereal. Argentina, donde la pasta, la pizza, las facturas (bollos) y el pan blanco son parte de la dieta habitual, ha visto cómo este último producto se encareció un 50% en la primera mitad de 2013, a un ritmo que más que duplica la inflación anual, y por eso el gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner ha optado por cerrar la exportación de trigo y aplicar la ley de abastecimiento, que obliga a agricultores y operadoras de exportación a vender en el mercado interno lo que tengan almacenado. (klik egin-ver más)
Alejandro Rebossio, en El País
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