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martes, 27 de agosto de 2013

186 ESCALONES

Todos conocían la cifra de memoria. La escalinata tenía y tiene once pisos, la altura que debían ascender los presos al subir de la cantera. Más otros 300 metros de distancia cuesta arriba, en un desnivel de otros 7 pisos, 18 en total. Cada día hacían este recorrido cargados unas 10-12 veces, siendo afortunados. Los que no, rodaban por los escalones, por su debilidad o las agresiones de los kapos (presos comunes alemanes con derecho a todo tipo de abusos), hasta terminar aplastados o empujados al vacío. Cada una de las piedras de aquellos escalones tiene sangre de un republicano español. A 20 kilómetros de Linz, a orillas del gran río, el mismo Danubio azul que canta el cursi vals de los vencedores del imperio austro-húngaro, hay un pueblecito, hoy con fachadas decoradas en merengue de avellana y una bonita piscina pública; ayer, con olor a carne quemada. (klik egin-ver más)
Manuel Millera, miembro de ATTAC Nafarroa-Navarra (en Diario de Noticias)

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