Al estilo del mítico Umbral, el expresidente Sanz compareció ayer en el Foro Ser Navarra para hablar de su libro, o más propiamente del capítulo que le trae de cabeza; la estabilidad institucional de Navarra o, lo que para él tanto monta, la de UPN en el Gobierno foral. Una lógica preocupación la del exrector regionalista, pues dejó a su heredera Barcina un partido unido y mecido por una muy confortable mayoría parlamentaria que hoy se debate entre la división -cierto que soterrada para no horadar más a este Ejecutivo deambulante- y la incertidumbre ante el evidente riesgo de cambio de ciclo en 2015. (klik egin-ver más)
Víctor Goñi, en Diario de Noticias
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