España siempre ha tenido suerte con sus gobernantes, grandes hombres que han dejado una huella imborrable. Después del aznarismo, vino el zapaterismo y ahora el marianismo, que lucha con denuedo contra perroflautas, separatistas, rojos y altermundistas. Pero ¿qué ha sucedido en estos años con Felipe González? ¿Echa de menos las alcantarillas? ¿En qué se ha convertido? Increíblemente, en un “jarrón chino”. Con la ternura de un verdugo jubilado, ha explicado su insólita transformación: “Soy como un jarrón chino en un apartamento chiquito. Como se supone que es valioso, nadie se atreve a romperlo, pero estorba en todas partes”. Pobre jarrón chino, que acumula ganancias millonarias como asesor de magnates, políticos y empresarios. Su abultada fortuna personal convive con su sueldo vitalicio de ex presidente, una prebenda que estableció antes de abandonar La Moncloa para asegurar su vejez. Se codea con los grandes: Henrique Capriles, cruzado antichavista; Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, y Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia, narcotraficante y asesino de masas. Emprendedor infatigable, Felipe González cobra unos 125.000 euros al año como asesor de Gas Natural. A pesar de su éxito como hombre de negocios, su vocación política no ha desaparecido. (klik egin-ver más)
Rafael Narbona, escritor y crítico literario, en su blog
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