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jueves, 5 de diciembre de 2013

MUERE NELSON MANDELA, EL HOMBRE QUE LIBERÓ A LA SUDÁFRICA NEGRA

La cárcel lo moderó, le enseñó a encauzar su talento para el espectáculo, sus artes de seductor, hacia unos objetivos políticos realistas. Entró lleno de furia y salió sabio, pero siempre impulsado por la convicción heroica de que el respiro que había obtenido en su juicio en 1964, cuando lo condenaron a cadena perpetua en lugar de a muerte como se esperaba, le obligaba a cumplir su destino como redentor futuro de su pueblo. La gran lección que asimiló fue que el enemigo no iba a caer derrotado por las armas; que habría que convencer un día a los surafricanos blancos para que entregasen el poder voluntariamente, para que acabasen con el apartheid ellos mismos. La prisión, la celda diminuta en la que vivió en Robben Island durante 18 años, fue su campo de entrenamiento para la gran partida que le aguardaba fuera. La primera lección, decidió, tenía que ser “conoce a tu enemigo”. Para desolación de algunos otros presos, se propuso aprender afrikaans —“la lengua de los opresores”— y leer libros sobre la historia de los afrikaners. Y después se propuso ganarse a los carceleros, porque pensó que era la forma de conocer las vanidades, los puntos fuertes y débiles de los blancos en general, para estar mejor preparado cuando llegara el momento de intentar que cedieran a sus deseos.  (klik egin-ver más)
John Carlin, periodista y autor de El factor humano: Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación. (en El País)

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