Corría el año 72 cuando varios jóvenes de la Teba y otros del Muthiko consiguieron bajar al Olentzero hasta la Ribera. Parece que le gustó Tudela, porque desde entonces lleva 41 años volviendo cada 24 de diciembre a la capital ribera. Tanto ha llovido desde entonces que el actual Olentzero ya ha dejado de ser un muñeco y se ha convertido en un mortal. Año a año se ha ido afianzando este popular acto y gracias a ello, este año se va a fundar la Asociación Amigos del Olentzero, para que todo aquel que quiera participar pueda hacerlo más fácilmente. (klik egin-ver más)
Iker Sesma, en Plaza Nueva
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