"Luchar no sirve para nada", nos han repetido por activa y por pasiva. "Tantos años de crisis, tanta protesta, ¿para qué?", insisten otros, inoculando apatía y resignación. "Lo que venga puede ser aún peor", dice la maquinaria del miedo. Nos quieren sumisos, con la cabeza agachada. Prohibido albergar sueños de cambio. Sin embargo, la historia se rebela indomable. Y nos muestra, a pesar de algunos, que luchar sirve. Las victorias contra la privatización de la sanidad pública madrileña, del vecindario de Gamonal, de la plantilla de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid y el combate contra los desahucios son buenos ejemplos. (klik egin-ver más)
Esther Vivas, en Público
No hay comentarios:
Publicar un comentario