Estas marchas, unas de las más grandes que hayan tenido lugar en Madrid, tal como han indicado muchos medios extranjeros, son un movimiento histórico que establece un antes y un después. Eran la España real, la España de los distintos pueblos, hermanados en su denuncia de un Estado que no es su Estado, que es un Estado impuesto a la población, que ha perdido legitimidad, y que ha vendido su soberanía a los intereses financieros y económicos que continúan optimizando sus intereses a costa de los de las clases trabajadoras, que están sufriendo en sus propias carnes las consecuencias de su codicia. (klik egin-ver más)
Vicenç Navarro, en su blog
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