Con 40 millones de deuda que el descenso a Segunda impide pagar en este momento, el futuro de Osasuna está en manos de la Hacienda y es previsible que desemboque en bronca política que podría terminar salpicando a todos. ¿Cabe una solución pública? Quizás sí. Los partidos se la juegan en este tema. Incluidos EH Bildu, Geroa Bai o IUN, que podrían terminar señalados como los enterradores de Osasuna cuando su situación es fruto solo de los desmanes del Gobierno de UPN y una directiva amiga, de Sanz y de Izco. (klik egin-ver más)
Ramón Sola, en GARA
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