Para alguien como yo, poco aficionada al fútbol y que no termina de entender ciertas pasiones, escuchar y leer los argumentos que se han esgrimido para defender el trato excepcional que el Gobierno le está otorgando al club son insostenibles e insultantes. Da la impresión de que las personas a las que nos parece muy injusto el trato discriminatorio que se propone, somos navarros y navarras de segunda, que tenemos una identidad navarra difuminada y que casi somos malas personas que nos alegramos de las dificultades que están pasando. (klik egin-ver más)
Ana Ansa
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