La educación emocional y afectivo- sexual de la juventud sigue teniendo graves carencias a pesar del esfuerzo realizado y de las innegables buenas intenciones de familias y educadores. Las profesionales sociosanitarios que trabajamos con población joven hemos sido conscientes de que una buena parte de los chicos y chicas reproduce patrones y modelos de relación de pareja estereotipados, que mantienen y fomentan la desigualdad y que son claramente dañinos.
Una de las paradojas más sorprendentes es que comportamientos degradantes, controladores, violentos, son percibidos como una muestra de amor intenso y apasionado y el aceptarlos como tal forma parte la entrega y sumisión que necesita el amor.
Para ayudar a identificar estas situaciones, que inicialmente pueden tener una lectura equivoca, la Unidad de Igualdad de la UPNA ha editado un marcapáginas que dibuja una regla que gradúa los comportamientos en cuanto al daño y peligro que suponen para la persona que lo sufre y, también, contiene un mensaje explícito del riesgo de progresión que supone no cortar a tiempo estas agresiones. Y no estaría de más que, hoy 25 de noviembre, Día Internacional de Sensibilización de la Violencia contra las Mujeres, todos y todas le echáramos una mirada y reflexionemos sobre la calidad de nuestras propias relaciones porque todas las relaciones deberían de ser de BUEN TRATO.
Ana Ansa
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