El reciente acuerdo Artur Mas- Oriol Junqueras adapta la espesa pugna entre ambos a las nuevas condiciones del terreno. Tácticamente, gana Mas. Obtiene ocho meses para gestar el Partit del President, el embrión de la necesaria refundación de CDC. Se asegura la aprobación del presupuesto del 2015. Bloquea la posibilidad de un frente de todas las izquierdas en las elecciones municipales, con la consiguiente ventaja para Convergència en la ciudad de Barcelona. Deja a la coalición ERC–maragallistas ante una difícil frontera con la impetuosa CUP, el Podemos catalán que nació antes que Podemos, aunque de una manera distinta: la CUP es más comunitaria, más pegada al terreno, más franciscana e ideológicamente más radical, netamente independentista. Evita –Artur Mas- ser el primero en abrir los colegios electorales en pleno auge demoscópico del Podemos de Pablo Iglesias, impulsado ahora por el rebufo griego. Evita, en definitiva, el riesgo de unas elecciones greco-catalanas. (klik egin-ver más)
Enric Juliana, en La Vanguardia
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