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sábado, 30 de mayo de 2015

JOSEBA ASIRÓN, TAN LEGÍTIMO ALCALDABLE COMO CUALQUIERA

Derrotado el discurso del miedo en las urnas, vamos ya viendo lo que preparan ahora: el tumulto, el escándalo y la sobreactuación. Si el cambio se inicia sin especiales turbulencias, ya se encargarán ellos de organizarlas. Ya han decidido no dejarse envolver por la estrategia de cocer al sapo comenzando con agua templada. Aunque el agua no queme, saltarán desde el principio. 
El previsible acceso de un miembro de Bildu a la emblemática alcaldía de Iruña es uno de sus primeros argumentos para el alboroto. Si no condenó en su día los atentados de ETA, porque no lo hizo. Si los condenó, como es el caso de Joseba Asirón, se oculta o se distorsiona su postura. Y por si lo de la connivencia con el terrorismo no cuela, se cuestiona su representatividad. ¡Quiere ser alcalde con 5 concejales de 27! Pues exactamente los mismos que tenían, por ejemplo, los alcaldes socialistas Julián Balduz en Pamplona en 1979 u Odón Elorza en Donostia en 1991, siendo en ambas ocasiones su partido tercera fuerza electoral. Y la particularidad esencial de la actual coyuntura es que el partido más votado el pasado domingo en Iruña y en Navarra es también el que mayor rechazo genera, hasta el punto de que las cuatro fuerzas que están en disposición de arrebatarle la alcaldía habían manifestado desde mucho antes de comenzar la campaña su voluntad expresa de desalojar a UPN de las instituciones para regenerar la vida pública. Esparza ha insistido hasta la saciedad en que las cuatro tenían un acuerdo previo, incluso. Entonces, ¿de qué se quejan, qué otro desenlace podían esperar, si daban los números?
Como en Navarra todos sabemos lo que hay, se van a montar el pollo a Madrid, donde todas estas historias enseguida encuentran eco. No sabrán muy bien en busca de qué. Las ilegalizaciones están difíciles, pero dando una sacudida a los poderes fácticos que en otras ocasiones les han salvado, pensarán que quizás pueda acabar ocurriendo algo, lo que sea, también esta vez.
Praxku

IMPRESIONANTE VUELCO A LA IZQUIERDA EN EL PAÍS VALENCIANO

Después de 22 años, el Partido Popular tiene que desalojar el Palau de Manises, así como la mayoría de los principales ayuntamientos, incluidos Valencia, Alicante y Castellón. Ni siquiera el concurso de Ciudadanos alivia su situación. Un torrente de rabia acumulada durante lustros, y de energía, ha barrido a Alberto Fabra, Rita Barberá y todos estos personajes de pesadilla. La misma noche electoral, miles de personas tomaron las calles de Valencia para celebrar la salida de la odiada alcaldesa. El beneficiario del desastre del PP no ha sido el PSOE, que continúa su particular carrera hacia la insignificancia, sino Compromís y Podemos. La dirección “socialista”, comprometida hasta la médula con este sistema, es corresponsable de tantos años de dominio electoral del PP. (klik egin-ver más)
Ulises Benito, en El Militante