Aún muy lejana en su contenido a la histórica reivindicación de un departamento vasco, la propuesta del gobierno socialista galo de crear una única mancomunidad que englobase a Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa- ha suscitado, tras más dos siglos de inmovilismo jacobino, bastante ilusión en Iparralde. Para su convalidación se precisa del apoyo de al menos la mitad de los 158 municipios, siempre que representen a su vez a la mitad de los 295.933 habitantes de los tres territorios.
Ayer lunes se manifestó en contra la mayoría de la corporación de Anglet/Angelu, la tercera población de todo el país. Biarritz, también regido por la derecha, lo había hecho días pasados en el mismo sentido. Ambos municipios cuentan en su composición demográfica con un importante sector de franceses del interior con rentas altas. No obstante, hasta el momento los resultados van confirmando lo que arrojó la consulta previa que se hizo el pasado otoño. Los 30 municipios que han expresado su postura favorable reúnen ya al 42% de la población. Baiona, Hendaia, Maule y Hazparne están entre los más importantes. Los que han votado en sentido contrario son de momento 7. En pocas semanas se conocerá el desenlace, que en caso afirmativo supondría, además de la satisfacción parcial de una aspiración histórica, competencias y elementos propios de fiscalidad y unas condiciones más favorables para estrechar la colaboración económica y cultural con la Comunidad Autónoma Vasca y con Navarra. Entre las posiciones hostiles es de destacar la del exministro de Interior Jean Pierre Chevènement, quien ha asegurado que crear una insitución propia en el País Vasco equivale a ceder a la presión de ETA. Recordemos que José María Aznar en tiempos del acuerdo de Lizarra ya se inmiscuyó desde su posición de presidente del gobierno en el debate territorial en términos muy parecidos, ensalzando la rigidez de la administración francesa.
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