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miércoles, 13 de julio de 2016

¡AUPA, JUAN, HOSTIA!

Juan nació en la casa de debajo a la que dos años antes habían alquilado mis padres, en Ibero, donde nacieron mi madre y mi abuela. Vimos crecer a Juan como a otros muchos chavales del pueblo. De su casa, de la casa de su abuelo Canuto, se veía el frontón, como se veía desde la nuestra. Juan era el pequeñajo flaco que jugaba a todo con la camiseta de la Real Sociedad, con su primo Íñigo o Joaquín de Rodrigo o Luis de El Vasco o muchos otros. Hoy es uno de los cuatro o cinco mejores pelotaris de la historia y un señor estupendo. Mi madre vio crecer a ese niño e incluso en los días en los que los efectos de la enfermedad y las quimios y las radios y sus putas madres más la machacaban, mi madre no se perdió un solo partido de Juan por la televisión. Le alegró la vida. Y a mi padre. Solo por eso, gracias eternas, Juanito.Venga, ponte bueno y luego si hay que jugar se juega, pero si no se puede no pasa nada. Nos sentamos en las gradas de piedra del frontón y a ver jugar. También se está bien ahí.
Jorge Nagore, en su página de Facebook

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