
La búsqueda de sus restos es un empeño en el que lleva la asociación Charata desde hace más de tres años junto con descendientes de la familia Malón Pueyo. A finales de 2013 se realizaron las primeras prospecciones, se encontraron unos restos que se creyeron que podían ser los de una de esas dos hermanas, pero las posteriores pruebas de ADN lo descartaron. Investigaciones posteriores más detalladas permitieron determinar que ese esqueleto correspondía, en realidad, al de un hombre de época visigoda que había muerto de forma violenta por un fuerte impacto en la cabeza.
ABC Aragón
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