El chatarrero político es la figura que genera el propio sistema cuando se ve amenazado. Ante el descrédito incontrolable del PP y del PSOE, ambos en vía de desguace, crearon una tercera opción, Ciudadanos. Un partido con una pretendida función regeneradora de la política, barniz con el que trata de ocultar su naturaleza jacobina, más incluso que la de los dos grandes partidos del sistema y más de derecha dura incluso que el propio PP en áreas económicas y sociales. Un invento de los poderes fácticos financieros para que nada cambie. Como en la viñeta, las derechas se entienden. El primer paso serio lo han dado ayer. Ahora acaso sea ya cuestión de días el desembarco del PP en el mismo acuerdo.
Eguaras