Mendoza. El sacrificio personal de un buen (en el buen sentido de la palabra bueno que decía creo que Machado) y honesto político se produce al aceptar un cargo, no al dimitir. La dimisión, en tales casos, es una liberación. Así lo ha dado a entender el propio Mendoza con sus palabras de imprecisa credibilidad (imprecisa, como no puede ser menos en estos asuntos; pero de no dudosa credibilidad), al citar el desgaste de su vida en lo personal que le ha supuesto el desempeño de su cargo. En el haber de su gestión, el recuento que hizo Uxue Barkos de los temas que ha sacado adelante, que no son ni tan pocos ni tan de escasa enjundia como se le achaca desde el mundillo euskaltzale, y sí tantos como para haber encendido las iras de los del frente de acoso y derribo de toda medida tendente a oficializar como es debido el euskara. (klik egin-ver más)
Bixente Serrano Izko, en Diario de Noticias
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