El pasado jueves 4 de mayo, en plena revisión del código penal, el Congreso Nacional hondureño decidió mantener las disposiciones del artículo 126 que penaliza el aborto bajo cualquier circunstancia.
Honduras tiene una de las legislaciones más restrictivas del mundo respecto al aborto, considerado una práctica ilegal incluso en caso de riesgo para la vida o la salud de la mujer, en caso de malformación fetal o cuando el embarazo resulta de una violación –es decir, las tres circunstancias mínimas en las que el aborto debería practicarse conforme a los estándares del derecho internacional.
Pero el órgano legislativo no solo decidió dejar estas disposiciones intactas sino que endureció las penas a las que se exponen aquellas personas que practiquen o consientan el aborto. Según el nuevo código penal la mujer que consienta un aborto se enfrenta a una pena de entre 3 y 10 años de cárcel Tras el golpe de Estado contra Zelaya en 2009 las instituciones del país se debilitaron de manera considerable y las mujeres experimentaron un retroceso en los derechos que habían adquirido y que el Estado dejó de garantizarles. La contracepción de emergencia se penalizó totalmente y la educación sexual, obligatoria por ley desde la escuela primaria, ha dejado de garantizarse en la práctica. (klik egin-ver más)
Alba Ubieto, en Rebelión
Tras los demoledores descubrimientos de Fernando Conde plasmados en su libro "año 303, inventan el cristianismo", sólo nos queda adjudicar, dado que no hay un mandato divino, la defensa del aborto a una mentalidad ajena a toda realidad además de contener grandes dosis de hipocresía y cinismo. El aborto, tal y como lo entendemos hoy, no es una práctica sometida al libre albedrío de terceros, del Estado, por ejemplo, o cualquier otro poder gobernante o fáctico que nos impone acabar con la vida de los nonatos en base a normas o leyes o creencias o supersticiones prescritas. Al contrario, es una decisión individual –ciertamente condicionadas por factores también externos- que deberíamos de primar. Porque no hay nada en este mundo que no sea o haya sido condicionado por la voluntad del hombre. Porque el mundo es finito y no podemos poblarlo sin límite alguno. Porque ningún ser humano debería perder su vida por ningún otro motivo que no fuera natural, enfermedad, accidente o –y aquí es donde deberíamos incluir la palabra tabú- aborto: de tener que arrebatar la vida a un ser humano sólo deberíamos admitir que fuera por la aplicación del aborto cuya decisión corresponde a la madre o padres, en ningún caso por guerras, hambre, falta de medicinas o cualquiera de las muchas inhumanas situaciones que cada día sesgan la vida a millones de personas y que son todas ellas incuestionablemente menos éticas que la decisión de abortar.. Y acontece que quienes blanden la espada anti abortista no suelen enfrentarse a quienes mediante políticas condenan a una muerte segura a millones de embarazadas o niños ya nacidos. Vamos hacia los 9 mil millones de personas poblando un mundo limitado y con recursos en franca agonía. Veremos como “abortar” no sólo será un norma sino que los hoy antiabortistas –que en España suelen ser de derechas y católicos, es decir, de una condición política egoísta y de una religión falsa- serán los primeros que defiendan y proclamen gobiernos que exterminen “legalmente” a los sobrantes: todos los demás…
ResponderEliminardebo precisar que al principio cuando digo "la defensa del aborto" me refiero a los anti abortistas. Seria pues "la defensa del no abortar"
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