Javier Esparza, presidente de UPN y portavoz regionalista en el Parlamento de Navarra, ha compartido este miércoles un desayuno con los medios de comunicación locales de Tudela, en el que ha hecho una valoración de la actual situación d la ciudad, de la comarca y también del conjunto global de la comunidad foral. A su juicio, la gestión en los dos años de gobierno de coalición en la capital ribera “deja mucho que desear hasta el momento”.
Con tono tajante, Esparza ha señalado que el alcalde de la ciudad, Eneko Larrarte, es el “delegado de Barkos en Tudela”. “Es cómplice de todos los desmanes del cuatripartito, porque no ha hecho ninguna crítica al gobierno Barkos. ¿Acaso es que el Gobierno de Navarra lo está haciendo todo perfecto? No he visto ninguna crítica hacia aspectos como la reforma fiscal, la política educativa o la política social del cuatripartito. Con respecto al tema identitario, que tanto obsesiona al gobierno de Barkos, su partido defiende que se pueda colocar la ikurriña en cualquier ayuntamiento al mismo nivel que la bandera de Navarra. Esas cosas se esconden en las campañas electorales. ¿Por qué no salió con la ikurriña en la campaña?”, se ha preguntado Esparza.
Al hilo de la situación de su partido en la capital ribera, Esparza ha evitado hablar de problemas o de dificultades para cubrir los puestos vacantes en la corporación tras las últimas dimisiones. “Entiendo los problemas personales de quienes han decidido renunciar. Hay que estar agradecidos a todas esas personas, especialmente a Carlos (Moreno), porque no es sencillo compaginar la actividad profesional con la política. A partir de ahí, estoy convencido de que UPN será capaz de presentar un proyecto ganador en dos años”, ha dicho.
Plaza Nueva
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