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lunes, 5 de junio de 2017

EL EXCONSEJERO MENDOZA Y EL EUSKERA

Tras el golpe de Estado de 1936 y desatada la guerra civil, las familias navarras fueron coaccionadas con violencia para que no transmitiesen el euskera a sus descendientes, lo que a este antiquísimo idioma le supuso un gran retroceso artificial e impuesto. Esta situación de opresión para el idioma vernáculo navarro se prolongó sin solución de continuidad hasta la llegada del Gobierno de Uxue Barkos, con la salvedad de la Ley del Vascuence de 1986, un mínimo democrático, insuficiente para gran parte de la ciudadanía en tanto que se sometía a la Comunidad Foral a una zonificación que numerosos colectivos euskaltzales ni la comparten, ni la comprenden. José Luis Mendoza ha procurado como consejero de Educación que el euskera recupere ese terreno perdido durante el franquismo y los gobiernos de UPN, es decir, una profundización en los derechos lingüísticos. Aunque pudo parecer que su marcha significaba una rectificación de la política lingüística gubernamental, María Solana continúa en lo fundamental sus líneas maestras, en cuanto a propiciar una normalización del euskera en Navarra.             (klik egin-ver más)
Alberto Ibarrola Oyón, en Diario de Noticias

2 comentarios:

  1. Por supuesto, Alberto, que el franquismo tuvo un efecto demoledor para el euskera en Navarra, pero la persecución comenzó muchísimo antes. La historia del sistemático desprestigio social de nuestro idioma, de la introducción de un sentimiento en la gente de vergüenza, de atraso, de inutilidad de una forma de expresarse que le aislaba del progreso y le confinaba al mundo poco menos que de los retrasados mentales, es mucho más antigua. Con el agravante, respecto a lo que sucedía en Gipuzkoa, en Bizkaia e incluso en Iparralde, que en Navarra no se había desarrollado un sector euskaldun culto, porque la totalidad de las élites, con la Iglesia Católica, salvo muy honrosas excepciones, a la cabeza, detestaba el euskera.

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  2. Muchas gracias por su comentario y aportación. En Iruña, me he encontrado a muchos navarros cuyos padres eran o habían sido euskaldunes y que no les transmitieron el euskera por el motivo aducido. Por otro lado, la zona que mejor conozco de Navarra, en torno a la Sierra de Codés, perdió el euskera en épocas muy tempranas, tal vez durante la invasión árabe. Por lo demás, solo me queda agradecerle su puntualización a mi artículo, que se puede leer íntegro en Diario de Noticias de Navarra. Estoy convencido de que lo que argumenta usted también es cierto, aunque el nacionalismo vasco o, de algún modo también el carlismo, ya desde el siglo XIX, han podido cooperar en una reivindicación de lo propio y genuino navarro. Eskerrik asko.

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