Tras varios años sin vernos, coincidí en un bar con un viejo conocido. Después de tres horas de cervezas me confesó que ahora votaba a Ciudadanos. Le había conocido en El Porrón levantando barricadas;en el 83. Militaba entonces en la LKI. Me dijo que tras muchos años de fábrica y cadena, estaba en el paro. Llevaba diez años de lunes al sol cobrando 426 euros de subsidio. Y sentía que su estar en el mundo ya no estaba asegurado. Muy enfadado, como buscando explicación a su biografía fragmentada, me dijo en tono despectivo que solo veía inmigrantes con más suerte que él. Él, que era de aquí, de toda la vida. Que si cobraban más que él, que si había que ser negro o gitano para cobrar la renta básica, esa que daba el Gobierno. Que por él se la quitaría a todos, que ya estaba bien de aprovecharse del dinero público. Y que en todo caso, primero estaban los de aquí. Como él. La cerveza se me estaba coagulado. Pero quería seguir escuchándole. No sus argumentos, no me interesaban. Quería saber por qué aquel miedo se había convertido en racismo. Entonces le pregunté y se desató: “Es que esto ya no es cómo antes, no hay valores, todos esos inmigrantes viven mejor que nosotros sin trabajar”. Entonces interpreté que mi viejo conocido lo que echaba en falta era el viejo orden que le sustentó durante años, la fuerza cautivadora de un trabajo, de la pertenencia a una comunidad que ya no tenía. Y había encontrado a los culpables.
Al día siguiente leí en el Barómetro Impactos de Opinión de Navarra que corremos el riesgo de padecer brotes xenófobos porque mucha gente pasa de la corrección política y expresa sin cortarse un pelo su rechazo a los extranjeros. No es bueno convivir con inmigrantes, dicen. Y más. Que se debe reforzar el control de la Renta Garantizada. Esa que el PPN y UPN le recuerdan al vicepresidente Laparra que solo sirve para atraer más inmigrantes. Entonces, descubrí de dónde venía su racismo.
Paco Roda, en Diario de Noticias
Si. Y a esos muchos que habiendo “levantado barricadas” para cambiarlo todo, luego los vimos implicados en mil y una corruptela desde sus despachos de partidos políticos o sindicatos de “izquierdas”, sobre todo a partir de 1982 tras la gloriosa mayoría absoluta socialista. Los mismos que acusaban a ETA por atentar contra los “luchadores antifranquistas” mientras no tuvieron ningún reparo en sustituir en los cuartos y cuartelillos de tortura a los franquistas. Los mismos que aclamaron las políticas económicas y laborales felipistas y aznaristas que hoy les han colocado en el paro no remunerado. Los mismos que claman porque no se puede vivir con 426€, medida dineraria que han impuesto los gobiernos de partidos políticos de “orden” y de “saber hacer” como UPN,PP,PSOE, o sea, “constitucionalistas”, pero que flipan porque los otros, los que no son de-aquí-de-todalavida, no sólo viven sino que bienviven. Que han olvidado que cuando levantaban barricadas lo hacían porque todo lo mangoneaban los de siempre: el ejército, la Iglesia, la monarquía, derecha….. y no los emigrantes…. Por eso tras una vida política y social sumida en los errores, el no saber, los intereses espurios y la complacencia, vuelven a amenazar con abanderar a los peores de todos, como ellos mismos siempre fueron. Así que CIUDADANOS es el partido de los cantamañanas de la izquierda que sólo quería ser como la derecha, que eran obreros pero con conciencia de explotadores, ateos que nadan hacen si no hay religión católica de por medio, antimilitaristas con tricornio y demócratas como Franco: unidad por cojones, rojigualda si o si, monolingüismo para todos y la culpa es de los de fuera… (de los de fuera del franquismo, claro)…
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