En este vídeo se observan imágenes que refuerzan la versión de las defensas y desmontan afirmaciones claves de la fiscalía y de las acusaciones. En concreto, se observa que el ambiente existente en los instantes posteriores no incluye manifestaciones de hostigamiento a las fuerzas de seguridad, ni gritos de Alde Hemendik (Que se vayan), ni nada parecido a tumultos agresivos; y se escuchan frases que reforzaría la versión de un altercado a altas horas de la madrugada. Se observa cómo el sargento da un manotazo y arroja al suelo el móvil de uno de los encausados.
Resulta altamente significativo que el sargento se cruza o se mueve entre la gente, entre ellos varios encausados, manteniendo contacto visual con ellos, sin reconocer a ninguno como supuesto agresor, y en posteriores instantes, se observa cómo se dirige con la policía foral a un bar en el búsqueda de supuestos participantes en los hechos.
Por último, en el juicio oral los testigos de la acusación y el propio denunciante declararon que vestía una camisa rota con múltiples huellas de botas y pisadas. Esta evidencia contradice estas declaraciones porque en las imágenes aparece una camisa blanca en estado normal.
En definitiva, las imágenes muestran unos acontecimientos más compatibles con un contexto festivo con personas ebrias.
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