Coincidiendo con el cierre del curso político y a solo un mes de cumplirse los tres años de la puesta en marcha del Gobierno del cambio, la presidenta Uxue Barkos hizo ayer un repaso de su gestión. Avalada por los datos, que confirman la positiva evolución que ha experimentado Navarra en todos los indicadores económicos y sociales desde mediados de 2015, dijo sentirse “orgullosa” de lo realizado en este tiempo. No ha sido un camino sencillo, sobre todo por la penosa herencia recibida del último Ejecutivo de UPN. Sirva como ejemplo esclarecedor de lo que se encontró a su llegada al Palacio foral los 50 millones de euros que había en la arcas públicas, que no llegaban “ni para pagar las nóminas”. Nada que ver con la realidad actual de la Comunidad, que goza a día de hoy de un superávit de 600 millones de euros, después de haber incrementado la recaudación en 500 millones, que han posibilitado mejorar la prestación de los servicios públicos al conjunto de la ciudadanía. También ha mejorado sensiblemente el ritmo de creación de empresas hasta el punto de que ahora hay 2.000 más de las que había, con su lógica repercusión en los datos del paro, que continúan bajando progresivamente, aunque quede trabajo por hacer, especialmente en todo lo referente a la calidad y temporalidad de estos nuevos empleos. Frente a la incontestable realidad, la oposición sigue anclada en su discurso catastrofista, pese a que Navarra disfruta de un marco de confianza y estabilidad que contrasta con la inestabilidad política en el conjunto del Estado, que en este tiempo tuvo incluso que repetir elecciones y recientemente se produjo el desalojo del Gobierno de Rajoy por la corrupción. En este contexto, la presidenta tendió ayer la mano al nuevo inquilino de Moncloa, Pedro Sánchez, no sin antes lamentar que sus compañeros de Navarra hayan estado “sistemáticamente alineados con las posiciones más reaccionarias de UPN y PP”. No obstante, la oferta de colaboración traslada al PSOE volvió a hacerla extensiva al PSN, tras advertirle de que no puede dar lecciones de progresismo al cuatripartito. Mención aparte mereció UPN, que camina “desnortado”, que hace daño “intencionadamente” a la imagen de Navarra y que, en su particular deriva, últimamente apoya en el Congreso las propuestas antisociales de Ciudadanos.
Editorial del Diario de Noticias
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