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martes, 9 de octubre de 2018

OBSESIÓN PUNITIVA

Esta es la historia de una obsesión. Un grito que se oye tanto en los foros de izquierdas como de derechas: hay que endurecer las penas. Unos quieren castigar con más firmeza unos delitos (como los sexuales), y los otros, otros (con prisión permanente revisable). Pero casi todos asumen que una justicia más dura es más justa. Aunque no lo es.
La prueba es Estados Unidos. En las últimas décadas del siglo pasado, sus políticos entraron en una carrera para ver quién era más severo con los criminales. Y la tasa de encarcelamiento pasó de 100 de presos por cada 100.000 habitantes hacia 1970 a más de 700. Ahora tienen más de dos millones de reclusos.  (klik egin-ver más)
Víctor Lapuente, en El País

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