La declaración final de ETA dada a conocer en el día de ayer pone fin a un periodo histórico oscuro, marcado por la violencia y el dolor. Un periodo en el que la convivencia pacífica quedó rota en nuestra sociedad por quienes acudieron a la violencia y practicaron el terrorismo. Y precisamente por eso, y especialmente por ello, las instituciones vamos a trabajar por que hoy comience un nuevo tiempo.
La desaparición de ETA, su disolución unilateral, efectiva y definitiva, era una exigencia de nuestras instituciones y nuestras sociedades reclamada desde hace mucho tiempo. La acción terrorista de ETA ha causado un dolor y una pérdida irreparables a miles y miles de personas, víctimas de una violencia injusta e injustificable. ETA nunca debió existir porque nunca nadie debió creer que podía tomar las armas para atacar a otras personas en la supuesta defensa de una idea o proyecto, para pretender suplantar la legítima expresión de soberanía emanada del pueblo. (klik egin-ver más)