Aranzadi culminó ayer en la votación de los presupuestos de Pamplona lo que ya venía avanzando, que no los apoyaría sino se declaraba zona saturada de hoteles y apartamentos a todo el Casco Viejo. La petición, muy loable, no obstante, es una de las muchas cosas que suceden en una ciudad y como los grupos que conforman el supuesto apoyo a los presupuestos son 4 pues en todo no pueden estar de acuerdo. Como los otros tres -Bildu, Geroa e I-E- no estuvieron de acuerdo con esa petición de Aranzadi, Pamplona no tiene presupuestos porque Aranzadi se abstuvo en los mismos y no hubo votos a favor suficientes. Para algunos esto es pureza y, para otros, irresponsabilidad. Suele ser fácil ser puro con las cuestiones ajenas y de hecho la política está llena de puros y puras, pero luego cuando toca dirigir las cosas y acordar y en lugar de lograr un 10 tener que quedarse en 7 en lugar de quedarte con el 0 pues hay que valorar el 7. Esto Aranzadi no ha tenido la gana de quererlo hacer y ha jugado más a que se retratasen otros partidos que a buscar puntos de acuerdo viables que sirviesen a los ciudadanos, que los hay de muchas clases, no solo de lo Viejo y de una manera de ser, pensar y actuar. No tengo ninguna duda de que Aranzadi habrá aguantado lo suyo en el cuatripartito estos años y que no es sencillo entenderse a 4 y que incluso los revolcones de este pasado verano con la expulsión de sus concejales del equipo de gobierno condicionan quieras o no su acción posterior -Armando Cuenca se ha pegado desde entonces dando estopa en Twitter por todo, que él sabrá, solo describo el tema-, pero no aprobar unos presupuestos en su mayoría buenos y quién sabe si incluso dar vía libre a lo que querías evitar -el macro hostel de Unzu- es una decisión básicamente idiota, fruto de quienes se van a ir de la política y como no tendrán explicaciones que dar lo hacen con un portazo en la cara. A Pamplona.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario