En Coripe el vecindario ha simulado el fusilamiento y la quema del presidente Puigdemont ofreciendo un grotesco y espantoso espectáculo en medio de la juerga de los habitantes de este pueblo sevillano. La munición fue suministrada por la Policía Municipal de un ayuntamiento gobernado por el PSOE. El muñeco que imita al presidente catalán aparece con una estelada desde los hombros hasta los pies y lleva también un enorme lazo amarillo. El mismo odio nacionalista español, ingrediente del matonismo que llenó de sangre las cunetas en 1936.
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