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lunes, 14 de septiembre de 2020

UN BALANCE NECESARIO

      Por encima del morbo que provoca la nueva ubicación de la Secretaría que fue primero de Paz y Convivencia y luego de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, lo que interesa es discernir qué hay en el fondo de estos cambios, su significado y su mensaje. Como primera apreciación, entender que se ha cumplido un ciclo cuyo balance de gestión abarcó las relaciones con las víctimas y asociaciones de víctimas del terrorismo que se encauzaron y consolidaron en clave constructiva, las múltiples iniciativas de educación para la paz y presencia de las víctimas en las aulas. Se ha creado y consolidado el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora. Se han desarrollado innumerables actuaciones en relación con la memoria histórica y la memoria reciente. Se ha materializado un estudio único en el mundo en materia de tortura. Se ha aprobado una ley para reconocer y reparar a víctimas de la violencia del Estado que ha sido recientemente refrendada por el Tribunal Constitucional. Se han presentado propuestas muy concretas a los gobiernos español y francés sobre acercamiento de presos y reinserción. En el desarme y disolución de ETA, el Gobierno vasco jugó un importante papel a la hora de asegurar su carácter unilateral, incondicional, irreversible y definitivo, especialmente —pero no sólo— a través de mediadores internacionales. Y un dato fundamental y definitivo: ETA ha desaparecido de nuestras vidas. Existen por tanto, argumentos suficientes para considerar que se ha cubierto un ciclo de balance positivo que explica este cambio en las políticas de paz y derechos humanos del Gobierno vasco.  (klik egin-ver más)
Pablo Muñoz, en Grupo Noticias
 

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