"Tendremos que ver qué pasa". Es todo cuanto Trump está dispuesto a decir cuando le preguntan si cederá el poder pacíficamente en caso de perder las elecciones. El presidente, como ya hizo hace cuatro años, ha dicho que si es derrotado, será porque ha habido fraude electoral y por eso no le ve sentido a comprometerse con el mínimo exigible: dejar el cargo sin violencia. No es ni mucho menos seguro que vaya a perder, pero si pierde y no lo reconoce, ¿qué pasa?
Trump está siendo bastante transparente sobre sus intenciones. Ya ha dicho que tiene prisa por sustituir a Ruth Bader Ginsburg, la jueza del Supremo fallecida este fin de semana, porque cree que estas elecciones las acabará decidiendo el alto tribunal. Ahora mismo, con la muerte de Ginsburg, sería posible que hubiera un empate a cuatro en el tribunal de máxima instancia y eso, dice Trump, "no es una buena situación" a pesar de que hay una mayoría 5-3 de jueces nombrados por presidentes republicanos. (klik egin-ver más)
Carlos Hernández-Echevarría, en El Diario
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