Respondía a esta cuestión el vicepresidente Remírez, en una reciente entrevista, rechazando esta comparación, bajo el argumento de que el euskera "genera debate político" y "hay distintas sensibilidades". Esto es incomprensible e inadmisible. ¿Cómo puede una fuerza autodenominada progresista permitir la perpetuación de una injusticia como esta? ¿Cómo puede renunciar a hacer política transformadora, para priorizar la mirada electoralista? ¿Cómo puede asumir el marco mental de la derecha, que subordina los derechos lingüísticos de la minoría vascohablante en Navarra a que –por arte de magia– desaparezca la visceralidad contra ella... visceralidad que esa misma derecha alimenta día tras día? ¿Aceptaría el PSN, en otros ámbitos, recortes de derechos de las minorías, con el argumento de que una parte de la sociedad se resiste a reconocérselos? (klik egin-ver más)
Jabi Arakama, parlamentario foral de Geroa Bai (en Diario de Noticias)
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