Días después del desfile neonazi por el centro de Madrid en el que se pidió la desaparición de homosexuales o extranjeros, nadie acaba de dar una explicación de qué sucedió para que una sociedad democrática tuviese que soportar este ataque y bochorno. La Delegación del Gobierno de Madrid, responsable de dar luz verde al acto, se escuda en que aquello había sido convocado por otro motivo distinto al señalamiento de colectivos vulnerables y se defiende: ¿quién podía imaginar que fascistas desfilando convertirían aquello en un desfile fascista? La explicación de que nadie sabía lo que iba a suceder no es creíble. No cuando este país ha abusado de la persecución a determinados colectivos. No cuando los rastros en redes sociales y medios de comunicación de ultraderecha apoyando la marcha neonazi eran abundantes y quienes leyeron un manifiesto eran personajes bien conocidos. No es creíble que en nombre de las garantías democráticas no quedase más remedio que dejar que el nazismo desfilara por Madrid. (klik egin-ver más)
Gerardo Tecé, en CTXT
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