En ocasiones, a las sociedades les cuesta mucho aceptar las nuevas realidades. A las del presente, entre otras cosas, les resulta muy difícil asimilar que, en el próximo futuro, les tocará pagar aún más impuestos. La dificultad para aceptarlo se explica también por el empeño de muchos políticos en prometer constantemente rebajas, especialmente cuando están en la oposición o presiden una Comunidad autónoma dopada por un gasto del Estado que no se les factura a sus presupuestos, como es el caso de Isabel Díaz Ayuso.
Bajar impuestos es el punto número uno de cualquier programa populista digno de tal nombre. Cargar contra la administración pública, por costosa e innecesaria, forma parte del manual de cualquier aspirante a captar la atención pública. !Qué bonito es bajar impuestos! (klik egin-ver más)
Manel Pérez, en La Vanguardia
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