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lunes, 28 de junio de 2021

DÍA DEL ORGULLO: 52 AÑOS DE LOS DISTURBIOS DE STONEWALL

      El Día Internacional del Orgullo ha llegado y este año lo hace de la mano de reivindicar los derechos de las personas trans. Los derechos humanos no se negocian, se legislan: Ley Integral Trans Ya es el lema con el que las empresas organizadoras del Orgullo Estatal —La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), Colectivo LGTB+ de Madrid (COGAM) y AEGAL— han promocionado la manifestación que inundará las calles de la capital el próximo sábado 3 de julio a partir de las 20:00.

    Pero el Día del Orgullo también es un día para recordar. Especialmente, para conmemorar los disturbios del 28 de junio de 1969 en Stonewall Inn, un bar LGTB situado en Nueva York en el que aquella madrugada se vivió una redada policial. Algo que formaba parte de la habitual persecución que sufría el colectivo y que originó las primeras protestas de la historia de los Estadios Unidos contra la represión hacia la comunidad LGTBI+. Una rebelión cuya fecha quedó marcada y que dio nombre al Día Internacional del Orgullo.   (klik egin-ver más)

Lorena Gómez, en La Última Hora

CASAS PARA VIVIR


Podría, sí, parecer el título de una redacción infantil, por lo obvio de la frase. Una afirmación inocente, pueril, sin malicia. ¿Para qué una casa, si no es para vivir?

Desgraciadamente no siempre ha sido así. Ni lo es. Pero hay que abogar por que lo sea.

Ese era uno de los objetivo de la Ley Foral 28/2018, de 26 de diciembre, sobre el derecho subjetivo a la vivienda en Navarra impulsada en el gobierno liderado por Uxue Barkos.

En su preámbulo se recordaba que "la Constitución española consagró un Estado social y democrático de derecho, pero al reconocer el derecho a la vivienda, y pese a proclamar en su artículo 47 la necesidad de contar con una vivienda digna y adecuada, solo estipuló un mandato para los poderes públicos". Un mero reconocimiento por tanto, pues de ese modo, el derecho a la vivienda no es justiciable ni exigible por sí mismo, pues al no estar reconocido como derecho fundamental, no tiene las garantías procesales y sustantivas que merece. Un mero reconocimiento que, por tanto, necesitaba de un profundo giro para convertirlo en una realidad(klik egin-ver más)

Mikel Asiain y Ana Ansa, parlamentarios de Geroa Bai (en Diario de Noticias)