He recordado hoy en el debate para que el Código Penal castigue al acoso contra las clínicas abortistas, con una manifestación de los autodenominados "provida" a las puertas del Senado, lo que hemos tenido que aguantar durante décadas y seguimos padeciendo aún hoy día en Navarra por parte de personas que se las dan de beatas y que, sin embargo, nos pedían el contacto de algún ginecólogo para que sus hijas pudieran abortar. Ya está bien de imposturas y de imposiciones.
Koldo Martínez
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