Como toda familia de dinero, la derecha española siempre supo resolver sus asuntos internos de forma discreta. Cuentan que Carmen Polo, esposa del dictador, atracaba joyerías de empresarios afines al régimen con exquisito saber estar. Magnífico collar, alababa Doña Carmen el género del joyero que, encantado de recibirla en su tienda, minutos después quedaba con cara de tonto al verla salir por la puerta con el collar puesto y la cartera cerrada por la gracia de Dios. El tipo, por supuesto, callaba ante el atraco y Carmencísima, si estaba de buenas, recomendaba el establecimiento a sus amigas. Pura elegancia. Una forma de funcionar, transmitida de generación en generación –de Franco a Fraga, de Aznar a Casado–, que ha hecho posible el indiscutible logro de compatibilizar corrupción sistemática con imagen de estabilidad. La apuesta de la derecha española por la estrella del pop Díaz Ayuso ha acabado con esto. (klik egin-ver más)
Gerardo Tecé, en CTXT