Higinio Arriazu y Bonifacio Gracia fueron fusilados en agosto de 1936. Ambos eran jornaleros, militantes del sindicato UGT, vecinos de Ablitas. Sus cuerpos fueron enterrados en una fosa del cementerio de Tudela. 74 años después, los familiares han conseguido que los restos se exhumen y se trasladen a su localidad natal. La sociedad Aranzadi se ha encargado de localizar y recuperar los cuerpos. Esta mañana han encontrado los primeros huesos.
En el video de ETB podemos ver declarar a Carolina Gracia, hija de Bonifacio, que ella tenía cinco años cuando llegaron y se llevaron a su padre. "Yo estaba entre las piernas de él cuando llegaron y se lo llevaron". Su padre no tenía otro delito que defender el derecho a la vida y a la discrepancia.
Como recuerda el audiovisual, en Navarra no hubo frente en la guerra civil, pero sí una dura represión contra quienes apoyaron a la República, estimada en más de tres mil fusilamientos.
La desmemoria
ResponderEliminarEl miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos. Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia; pero no se necesita ser Sigmund Freud para saber que no hay alfombra que pueda ocultar la basura de la memoria.
Eduardo Galeano