“Hola, sé matemáticas y castellano. ¿Puedo dar clases de matemáticas en castellano?
-Sí.
-Además sé euskera.
-Entonces no”.
Este es un tuit que el periodista Juan Kruz Lakasta escribió hace unas semanas en Twitter y que refleja de forma muy plástica lo que supone no tener una lista única en las Ofertas Públicas de Empleo (OPE) de Educación.
Y yo añado que el señor Lacasta debería poder optar y a ser valorado por los méritos que aporta. Que los mejor preparados puedan acceder a las mejores plazas no es una cuestión de justicia, tiene que ver con la calidad del sistema educativo que deseamos para nuestra sociedad.
Hasta ahora, los gobiernos de UPN han apostado por diferenciar en las OPE de Educación a las personas opositoras que sólo hablan un idioma de los dos oficiales (el castellano) de los que hablan los dos (castellano y euskera). Los que querían plaza en castellano se apuntaban para hacer ese examen y los que querían plaza en euskera en el examen en euskera. De esta forma, los euskaldunes no podían acceder a las plazas en castellano a pesar de conocer perfectamente este idioma lo que, sin duda, carece de todo sentido. Es absurdo que los y las profesoras bilingües sólo puedan trabajar en euskera, y aún es más absurdo penalizar a quien sabe los dos idiomas propios de Navarra y favorecer a quien sabe uno menos.
Navarra es la única comunidad de todo el Estado que tiene listas segregadas, pero aún es más curioso es que en Educación sea el único departamento donde haya estas listas segregadas. En Sanidad, en Función Pública no hay esta discriminación entre monolingües y bilingües.
Si de verdad queremos contar con una escuela pública de Navarra necesitamos a los y las mejores profesionales y tenemos que apostar por primar el mayor conocimiento y no por la discriminación y la desigualdad de oportunidades. En la oposición, y sobre todo en la fase de concurso, es obvio que deben de valorarse los méritos que una persona aporta. Todos los méritos, los lingüísticos y los demás. De la misma manera que hoy se valora el perfíl lingüístico de inglés, ¿por qué no valorar también el euskara? Y también se valoran los másters, etcétera. La oposición debe seleccionar a los mejores por sus méritos.
Las fuerzas del cambio tenemos que apostar por consolidar ese cambio conseguido hace dos años y, en este sentido, tenemos que revertir todas esas políticas de UPN que han ido a marginar y a arrinconar a las personas euskaldunes. Hoy, además, la mayoría sindical de la enseñanza pública de Navarra apuesta porque haya una única lista en Educación, lo que también es una cuestión que tenemos que tener en cuenta.
Desde esta legislatura, hay que recordar, se puede estudiar en la red pública de toda Navarra en las dos lenguas propias de Navarra, por lo que lo lógico es que no haya distinción en las OPE de Educación.
En este sentido, hacemos un llamamiento a los sindicatos progresistas y que apuestan por la escuela pública a que no se opongan a la lista única buscando lo mejor para la educación navarra por encima de los intereses sindicalistas. No es de recibo que ningún sindicato pueda defender, como ha ocurrido hasta ahora, que una persona que haya optado a una plaza de euskera se quede sin obtener plaza pese a superar el proceso selectivo y obtener mayor puntuación que quien opta a la misma especialidad en castellano. Es discriminar y carece de sentido común.
De la misma manera, es ridículo el argumento que utilizan algunas personas del efecto llamada que esta oposición de lista única puede tener en la Comunidad Autónoma Vasca puesto que el mismo efecto, pero en mayor número de personas, se puede dar para Aragón, La Rioja u otras comunidades del Estado.
En definitiva, si de verdad queremos a los y las mejores profesionales en nuestra educación pública no podemos utilizar baremos discriminatorios. Debemos apostar por la igualdad de oportunidades primando el conocimiento y la preparación de nuestros profesores y profesoras.
Fernando Ventura Basterrica, profesor de Enseñanzas Medias y coordinador del grupo de Educación de Geroa Bai