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viernes, 9 de marzo de 2018

CRUELDAD

Hace unos días se quitó la vida en la cárcel del Puerto de Santa María un preso pamplonés integrante de ETA, condenado en 2011 a más de 20 años de cárcel por pertenencia a ETA, depósito de armas y tenencia de explosivos. Llevaba detenido desde 2008, con lo cual había pasado ya 10 años en prisión. Quien haya leído estas columnas desde 2005 conoce perfectamente mi desprecio al terrorismo de ETA y su entorno más directo, mi opinión acerca del cumplimiento de las penas impuestas cuando sean proporcionadas -hay presos comunes con asesinatos a sus espaldas que salen a la calle mucho antes que presos de ETA sin relación directa con ningún asesinato, como era el caso del pamplonés- y, en general, mi postura. Creo, no obstante, que tener a una persona encarcelada 10 años en primer grado, pasando más de 20 horas diarias en la celda, sin posibilidad de realizar actividades o estudios, es una aberración que sitúa a quien la ejecuta y permite en niveles de abyección que no distan mucho o nada de lo que supone un quebrantamiento permanente aunque legalizado de los derechos humanos. No vale argumentar eso de "menos derechos respetaban ellos y peor están los muertos y sus familias", porque de lo que se trata es de que la justicia supuestamente no es vengativa sino ajustada y que añadir medidas de excepción que incrementan la dureza de la pena no dice nada bueno de la sociedad que lo permite, más allá de que pueda satisfacer al tertuliano de bar que celebra estas cosas con el habitual "que se jodan". Es más, lo que dice de esa sociedad es pésimo. Que, además, estuviese en una cárcel a más de 1.000 kilómetros de su familia y amigos no hace sino incrementar el castigo, especialmente a sus seres queridos. Insisto en que no hace falta compartir nada con nadie -ni viceversa, claro-, ni blanquear o desblanquear, ni nada por el estilo, no tiene que ver con eso. Es injusto, cruel y punto.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias

4 comentarios:

  1. Yo, a diferencia de Jorge (y los muchos jorges que creen que antes de denunciar vulneraciones de los DDHH hay que arrodillarse –condenar- según impone la corrupta moral con la que nos gobiernan quienes fueron, son, y nada hace pensar, vayan a dejar de ser, mil veces peor que ETA, porque ya lo fueron antes de nacer ETA y lo son ahora que ya no hay ETA) no necesito condenar a ETA para condenar el terrorismo del Estado, sencillamente por puro sentido común: nadie condena antes de hablar o denunciar brutalidades del sistema coercitivo toda la retahíla de “pecados” que hacen las personas presas. Además los que suelen hacerlo, están demostrando que son proclives a dejarse avasallar y que ahí, en donde expresan sus opiniones, la libertad de expresión no está garantizada, sino condicionada. No condenar nunca impidió perseguir a ETA, mientras que aún condenando el terrorismo del Estado (que está prohibido llamarlo así, lo cual nos da una idea de dónde estamos y con quiénes nos jugamos los cuartos) ni siquiera sirve para que sea perseguido y deje de disfrutar de esa impunidad que sólo es posible que exista si nos gobiernan criminales, como es el caso español. No podrá Jorge decir un solo nombre de un preso del terrorismo de Estado (un terrorismo que ha violado y torturado –además de todo lo demás- cosa que ETA jamás hizo) que haya pasado por la cruel experiencia carcelaria española, a la que miles de personas acusadas de “terrorismo” mediante leyes con las que ningún inocente saldría libre, han sido encarceladas e incluso puestas en libertad tiempo después sin cargo alguno. Unas leyes, no lo olvidemos que se nos olvida, que fueron redactadas por quienes formaron y militaron en el terrorismo del Estado: los verdugos de las víctimas sin reconocer del terror del Estado, es decir, los partidos políticos de los que fueron concejales o militantes gentes como Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordoñez o Isaias Carrasco, entre otros muchos, o sea, el PP y el PSOE.... No sé si Jorge será capaz de cuantificar terrores: el de un tiro en la cabeza de una víctima de ETA, que será resarcida y sus verdugos perseguidos por ello frente a la tortura, violación y asesinato de una víctima del terror del Estado que jamás verá perseguir a sus verdugos; o el de meter en un zulo a un secuestrado que siempre tendrá opción a la libertad si cumple el pago, frente al “zulo” penitenciario de ser condenado con leyes injustas a una condena desmesurada en una celda de aislamiento hasta que uno mismo se reviente la cabeza porque no tendrá opción de salvar su vida… Pero ya nos gustaría oírle decir y escribir en su periódico a Jorge, con nombres y apellidos, porque tienen nombre y apellidos los responsables de tales crueldades, su desprecio a los gobernantes y partidos políticos que hacen estas cosas, digo, nuestro sistema carcelario de mazmorras, potros de tortura y aislamientos que nos recuerdan la literatura de Dumas. Repito: porque todo ello tiene nombres y apellidos: esos mismos que suelen erigirse como las victimísimas de una banda terrorista que jamás llegó a los extremos de crueldad que nuestros gobernantes esgrimen y mucho menos gratis: todavía lo están pagando

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  2. Vaya aberración de comentario. El tal Jorge es bastante más valiente y decente que tú, que firmas bajo pseudónimo. Él condena lo que le da la gana, no como tú, que justificas, el terrorismo de una parte porque la otra es, segun tu, aún peor. Tiene cojones qué enfermo mental.

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  3. Omite deliberadamente que fue torturado durante cinco días y a partir de las declaraciones, obtenidas bajo tortura, fue condenado por un tribunal especial heredero del Tribunal de Orden Público, hoy llamado Audiencia Nacional, pero que debiera llamarse Audiencia Colonial, por su especial dedicación a la represión en las colonias.
    Cuando uno se sienta a escribir y da publicidad a lo que escribe, se requiere que lo expresado tenga relación con la realidad y en este caso debiera saber Jorge Nagore que la única relación cierta con ETA de Xabier Rey era una condena de la Audiencia Colonial basada en declaraciones obtenidas bajo tortura y por lo tanto inaceptable.

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  4. Vaya pedo de respuesta: "anónimo" ¿es de cobardes e indecentes, no?, siguiendo tu criterio cretino. Y yo como no condeno lo que tú quieres, o sea, como condeno lo que me da la gana y no condeno lo que no me da la gana -cosa que ensalzas y denigras a la vez, tontodelculo- soy justificador….... por aquello de tus pocas entendederas. Menos mal que los sanos mentales son como tú: que ni saben lo que dicen ni entienden lo que leen y además argumentándolo todo que te cagas

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