Hay alrededor de 700 canchas de pelota abandonadas repartidas por toda Irlanda que alguna vez sirvieron no solo como un lugar para el deporte, sino también como un lugar para que la gente socializara y bailara. Después de los años 50, la pelota se movió en el interior dejando que las canchas exteriores fueran demolidas o utilizadas para almacenamiento o estacionamientos. El fotógrafo Kenneth O Halloran pasó un tiempo el año pasado visitando cientos de ellos y documentando su aspecto deteriorado. Según Halloran, los lugareños no le dan mucho valor a las canchas y hay muy poca nostalgia por ellos. Algunos pueden verlos como tizón, sin embargo, Halloran los presenta de una manera elegante para mostrar la belleza en su presencia desgastada.
Yo Pelotari
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