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miércoles, 10 de marzo de 2021

ARTE, BOTÍN DE GUERRA DEL FRANQUISMO

 

              Durante la Guerra Civil y los primeros compases de la dictadura se registró la mayor diáspora de obras de arte de la historia de España. A partir de abril de 1939, las autoridades franquistas, a través del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (Sdpan), se enfrentaron a la tarea de gestionar los cuadros y otros bienes incautados y salvados por organismos de la Segunda República, principalmente la Junta del Tesoro Artístico. ¿Y cuál fue su principal decisión? Entregar en depósito gran parte de las obras a museos, organismos públicos, la Iglesia y particulares aunque en muchos casos fuese conocido su propietario.

             Esa es la principal conclusión que arroja Arturo Colorado Castellary, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, en su nueva investigación, Arte, botín de guerra (Cátedra). Este volumen, centrado en analizar la política patrimonial franquista —"comparable con el expolio nazi de las colecciones judías"—, completa otros dos publicados anteriormente por el autor: Éxodo y exilio del arte (Cátedra, 2008), sobre la masiva salida de obras artísticas como las del Museo del Prado tras el estallido de la Guerra Civil; y Arte, revancha y propaganda (Cátedra, 2018), donde analiza la instrumentalización que hizo el nuevo régimen del patrimonio durante la II Guerra Mundial —se comparó, por ejemplo, el "robo de los rojos" con el saqueo napoleónico del siglo XIX—.  (klik egin-ver más)

David Barreira, en El Español

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