Se está celebrando estos días el juicio por los supuestos amaños de partidos por parte de antiguos directivos, dirigentes y trabajadores de Osasuna en las temporadas 2012-2013 y 2013-14, así como la supuesta apropiación indebida de unos 2 millones de euros, un guirigay de mil pares originado tras la también supuesta voluntaria declaración del exgerente Ángel Vizcay a la Liga de Fútbol Profesional. Lo que tenga que ser, se verá. En el juicio, no obstante, también se van dando detalles -en los juicios no hay que decir la verdad, todo puede ser una mentira de principio a fin. O no- de cómo funcionaba entonces el club. El miércoles, Sancho Bandrés, exdirectivo de aquella junta directiva de Archanco, encargado de las grandes cuentas económicas, declaró gráficamente que antes de la llegada de la junta en verano de 2012 "se pagaba todo antes que pagar a Hacienda, mientras que cuando llegamos nosotros se hizo al revés". De hecho, Goicoechea, consejera entonces de Hacienda, fue la primera consejera que cogió la deuda de Osasuna por los cuernos y obligó al club a una serie de pagos anuales y a un convenio, pasando Osasuna a pagar 20 millones de euros anuales. Seguro que a esa Junta se le puede acusar de lo que sea y si algo hizo mal desde un punto de vista penal, se verá, pero lo que no se puede negar es que cumplió con Hacienda. A lo que voy es que mientras oía la declaración de Bandrés se me hinchaba la vena, porque si no pagaba a Hacienda un ente como Osasuna, con millones y millones de presupuesto, imagino que algún responsable político y técnico hay. Hasta 2011, el presidente de Navarra fue Sanz. El consejero de Hacienda de 1999 a 2007, Iribarren y de 2007 a junio de 2012, Álvaro Miranda. La deuda de Osasuna con Hacienda pasaba de 50 millones en 2014. Alguien no hizo su trabajo y ese alguien estaba en el Gobierno de Navarra. ¿Nos enteraremos alguna vez?
Jorge Nagore, en Diario de Noticias