
A las 14:30h, más de 100 personas entre público infantil y adulto se concentró en la carpa debidamente adornada para degustar el menú a base de pollo con almendras, sopa de aleta de tiburón, arroz y galletitas de la suerte para postre. Algunos tuvieron más de un disgusto a la hora de manejar los palillos.
Después de la larga sobremesa, la tarde dio para mucho: hubo juegos infantiles (sombras chinescas, platillos…), dragonico de fuego similar al zezensuzko, lanzamiento de faroles chinos de la suerte y fuegos artificiales para finalizar la fiesta temática que saludaba la entra del Año Nuevo chino. En Amatriain.
La organización se mostró muy satisfecha con la respuesta porque todo el mundo interiorizó esta fantasía creada con el único objeto de pasar un buen rato, alegrar a la chavalería y provocar la excusa para una reunión entre amigos.
La Voz de la Merindad